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En estos tiempos de crisis, con un mundo gravemente afectado por el brote del Coronavirus (Covid-19), combinado con otros incidentes críticos como el reciente terremoto en Zagreb, Croacia, debemos asegurarnos de que las personas con sordoceguera , que suelen ser las más abandonadas, descuidadas, vulnerables y expuestas al doble aislamiento en cualquier crisis, también están amparadas bajo el Artículo 11 de la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (CDPD) de las Naciones Unidas.

Se estima que entre 15 y 155 millones de personas en el mundo (entre el 0.2% y el 2% de la población mundial),  experimentan una combinación de deficiencias auditivas y visuales, llamado sordoceguera. Al agregar una discapacidad sensorial doble debido al envejecimiento, el número aumenta a 6%, lo que implica que hasta 467 millones de personas experimentan un cierto grado de sordoceguera en el transcurso de sus vidas[1]. Este grupo de personas con sordoceguera no debe ser descuidado y olvidado durante este tiempo de crisis.

Además, nos gustaría enfatizar que el número de personas con sordoceguera aumenta con la edad, lo que hace que los ancianos sean más vulnerables al virus. Las personas mayores con sordoceguera están expuestas a un riesgo más alto que los demás, ya que, además de estar en un grupo de alto riesgo debido a la edad, se encuentran con dificultades para acceder y procesar la información, además de enfrentarse a problemas  para realizar tareas cotidianas tales como comprar alimentos básicos y/o obtener medicinas. Un hecho crucial es que la combinación de la discapacidad sensorial doble y la edad tiene un impacto muy fuerte, aumentando la complejidad de su situación y la necesidad de servicios adecuados para reducir el riesgo de graves complicaciones de salud debido al COVID-19.

La observación general número 2 sobre el Artículo 9: Accesibilidad de la CDPD compromete a los estados partes a permitir que las personas con sordoceguera accedan a la información, comunicación y otros servicios para poder vivir de manera independiente y participar de manera eficaz en sociedad.

Es por eso que la Unión Europea de Sordociegos, de acuerdo con las aportaciones recibidas por parte de sus miembros nacionales, recopiló las siguientes recomendaciones que son esenciales para proporcionar el mismo estándar de servicios y apoyo a las personas sordociegas dentro de la vida cotidiana y crisis graves como la de esta pandemia.

La Unión Europea de Sordociegos (EDbU), la Federación Mundial de Sordociegos (WFDB), la Federación Africana de Sordociegos (AFDB) y la Federación Latinoamericana de Sordociegos (FLASC)instan a la ONU, OMS, organismos de la UE, estados partes y gobiernos de todo el mundo a garantizar:

La Unión Europea de Sordociegos (EDbU), la Federación Mundial de Sordociegos (WFDB), la Federación Africana de Sordociegos (AFDB) y la Federación Latinoamericana de Sordociegos (FLASC) están a disposición para ayudar a las autoridades y otras organizaciones para facilitar la información y orientación acerca de los servicios equitativos y accesibles, así como transmitir información a las personas con sordoceguera.

Les rogamos que compartan con nosotros cualquier información y buenas prácticas de su país que considere relevantes para proporcionar servicios de calidad y apoyo a personas con sordoceguera actualmente gravemente afectadas por el brote de Coronavirus.

Geir Jensen, Presidente WFDB.  wfdb@wfdb.eu

Sanja Tarczay, Presidenta EDbU edbu@edbu.org

Ezekiel Kumwenda, Presidente AFDB afdb.secretariat@gmail.com

Miriam Torres, Presidenta FLASC presidencia@flasc.org

[1] https://www.wfdb.eu/deafblindness-and-inequality/

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