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Bajo el lema «Empoderadas somos fuertes y libres», durante los pasados días 13, 14 y 15 de septiembre, se celebró en la comunidad autónoma de Castilla y León, concretamente en la ciudad de Valladolid, las III Jornadas de Encuentro de Mujeres Sordociegas de FASOCIDE.

Este evento ha sido posible gracias a la colaboración conjunta de la Secretaría de Estado de Servicios Sociales del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social y FASOCIDE.

En el acto de apertura de las jornadas estuvieron presentes los responsables de las administraciones públicas locales, autonómicas y estatales. 

Contamos con la presencia de D. Jesús Celada, Director General de Políticas de Apoyo a la Discapacidad del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social,  Dña. Mª Isabel Blanco, Consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades de la Junta de Castilla y León, Dña. Rafaela Romero Viosca, Concejala de Servicios Sociales y Mediación Comunitaria del Ayuntamiento de Valladolid, Dña. Pilar Villarino, Secretaria del Patronato de la Fundación CERMI Mujeres, Dña. Cristina Arias, Consejera General de la ONCE y vocal del Observatorio de Igualdad de Oportunidades de ONCE y su Fundación y con Dña. Rosa María Rubio, Presidenta del Consejo Territorial de ONCE en Castilla y León.

Todos ellos se dirigieron a un auditorio compuesto por 24 mujeres con sordoceguera procedentes de diferentes comunidades autónomas, acompañadas  de 16 guías- intérpretes y 2 expertas en sordoceguera /facilitadoras grupales; profesionales todas sin las que no habría sido posible el desarrollo de estas jornadas.

Las intervenciones pusieron en valor el tesón con el que las mujeres sordociegas se han sabido organizar y lanzarse a la lucha por la igualdad de oportunidades y la reivindicación de los derechos humanos así como los derechos que generan su condición de mujer.

Así mismo, reconocieron que si bien la sordoceguera como discapacidad única es aún muy desconocida, la mujer sordociega es una realidad sin identificar; algo que es preciso abordar y visibilizar a través de su  participación activa y sobre todo, es urgente iniciar la elaboración de un censo oficial que las identifique cuantitativamente, así como necesario conocer a fondo su situación real; algo que resaltó contundentemente Jesús Celada en su intervención al cierre del acto de apertura de las jornadas.

Durante el acto de apertura además, contamos con las intervenciones de dos mujeres con sordoceguera quienes expusieron la lucha que significa para ellas conseguir la igualdad de oportunidades, e hicieron hincapié en la importancia de asociarse y de escuchar el camino que otras han recorrido para no sentirse solas, compartir experiencias que las fortalezcan y las ayuden a sentirse empoderadas y libres.

Una de las intervenciones fue la de Fuensanta Trigueros Molina, responsable de la Comisión de Mujeres Sordociegas de Comunidad Valenciana, y la segunda intervención estuvo protagonizada por la Presidenta de ASOCIDE Castilla y León y Vicepresidenta de FASOCIDE, Librada Ruiz Aguilera.

El programa de las Jornadas incluía un bloque formativo con dos talleres. El primero teórico sobre empoderamiento y un espacio para un coloquio-debate. Y el segundo bloque consistió en una sesión práctica sobre defensa personal feminista;  estrategias básicas para utilizar en alguna situación de agresión física orientada a la violencia machista.

Ambos talleres fueron impartidos por Salud Abarca, Agente de Igualdad y guía-intérprete de personas sordociegas.

El nivel de participación en este taller fue muy elevado y las mujeres sordociegas compartieron experiencias vividas y en todo momento solicitaron indicaciones para cómo reaccionar en situaciones futuras que pudieran darse.

Tras la finalización de estas jornadas y como conclusión, podemos resaltar que: 

-Las mujeres sordociegas reivindican el derecho a ser identificadas como colectivo y como individuo.

-Participación activa en una sociedad inclusiva y la oportunidad de emitir su propio discurso.

-Formación en materia de derechos humanos y muy especialmente en aquellos que genera la condición de mujer.

-Igualdad de oportunidades en todas las esferas de la vida al igual que el resto de mujeres con y sin discapacidad.

-Abordar la investigación de la situación real de las niñas con sordoceguera.

-Reconocimiento del derecho a la comunicación y por tanto, el derecho a disponer del apoyo del guía- intérprete profesional para una vida inclusiva.

-Accesibilidad a los medios existentes para la denuncia de cualquier tipo de violencia.

En definitiva y como resumen:

-Reconocimiento de la sordoceguera con categoría de Ley con un plan de actuación y un catálogo de servicios específicos que den respuesta a las necesidades singulares que conlleva la sordoceguera como discapacidad.

-Sensibilización social y concienciación de las administraciones públicas de que es urgente abordar la formación y conocimiento de esta discapacidad partiendo del mismo sector Público, a fin de conocer las necesidades reales y poner en marcha estrategias para dar respuesta a las mismas.

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